Reconceptualizando espacios: una entrevista sobre la infancia, las letras y la memoria con Mario
- tamarikitangallh
- 2 dic 2020
- 7 Min. de lectura
El pasado 27 de noviembre, los miembros de Tamarikitanga le realizamos una entrevista a Mario Antonio Frausto Grande, quien nos contó sobre su experiencia al escribir, algunos de sus recuerdos y acompañamientos durante su infancia y adolescencia, además de su opinión sobre la literatura infantil, un pequeño adelanto sobre sus próximas publicaciones y las formas en las que constantemente se está deconstruyendo.
Mario Frausto Grande es escritor, licenciado en Letras Hispánicas y maestro en Investigaciones Sociales y Humanísticas por la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Se ha dedicado a impartir clases sobre literatura, lengua, redacción y teatro en los niveles de bachillerato y universidad. Además, ha laborado como consultor para diversas instituciones, brindando asesorías sobre redacción académica, investigación social y enfoque de género, principalmente sobre temáticas de diversidad sexual, educación sexual y estudios queer. En cuanto a la creación literaria, ha publicado en diversas revistas y antologías de poesía joven del país y ha sido invitado a eventos de difusión de lectura. Recientemente, fue uno de los ganadores del concurso Entre Paréntesis (2020), convocado por el Instituto Cultural de Aguascalientes, en la categoría de poesía con el texto “Habitante de mí mismo”, el cual está próximo a ser publicado.

El contexto de Aguascalientes para un escritor literario es muy peculiar y con múltiples aristas por considerar, puede ser difícil porque se siente una insularidad y apabullamiento,
Son pocos los autores, las autoras que han logrado algo que salga de aquí, porque muchos autores como que su realidad es que han triunfado o han logrado cosas dentro de la isla, no fuera de. No porque tengas que ser el más, el que deslumbre allá afuera para poder decir que eres escritor, a lo que me intento referir es que es muy cerrado a veces el ambiente, creo que ya hay pequeños focos, pequeños grupos que han hecho como sus colectividades, sus afinidades y, de repente, si no entras en eso como que estás muy excluido”, nos dice Mario Frausto.
Y agrega que él, particularmente, siempre ha tratado de mantenerse al margen, porque le gusta moverse sin afiliarse a algo y buscar sus propios espacios para su trabajo, reconoce que debemos deconstruir la idea de los grupos hegemónicos y crear una polifonía.
Respecto a la escritura académica, la reconocemos con un ámbito completamente diferente a las literaria por su rigor científico y metodológico. Mario Frausto nos cuenta que, hace seis años, la consideraba como una forma acartonada, fría y descriptiva por cómo enseñan a hacerla en el contexto de la carrera de Letras, pero reconoce que ahora ha cambiado mucho su forma de escribir en la academia, principalmente a partir de su maestría, pues “fue un punto determinante para hacer un giro en mi idea de la escritura académica, porque hay metodologías y estilos muy novedosos que se están insertando, hay mucha gente en oposición y mucha en afinidad, yo me considero en los que tienen afinidad de que también hay una suerte de hibridación entre cierta escritura creativa y cierta escritura académica”, de la misma manera, nos comenta que un punto fuerte de ruptura fue sobre la desapropiación general de la voz propia en el texto y “entender que podría usar la primera persona y que no es un acto de egocentrismo” afirma.
Igualmente, nos comenta la necesidad de que, así como ocurre en las “ciencias duras”, también en las humanidades y ciencias sociales debería haber un espacio para la divulgación, porque en las investigaciones se usa un lenguaje muy especializado y, aunque sean humanistas, están muy alejados de las personas. Poner todo este trabajo académico a disposición del público en general y que sea de fácil comprensión permitirá darle una oportunidad de ser leído y que no se quede solamente en un repositorio, además de retribuirle algo a la sociedad, porque con sus impuestos son posibles becas como la de Conacyt. Mario Frausto reconoce la necesidad de eliminar la imagen del literato en un palco o un atrio, porque “ha hecho mucho daño a las visiones de la cultura, de las humanidades, de las ciencias sociales, de la literatura”.
Mario Frausto nos cuenta su experiencia y opinión sobre la literatura infantil relacionados con su recorrido por la carrera de Letras Hispánicas. Se suele creer que quienes estudian esta carrera son lectores desde niños, sin embargo, en su caso no fue así, leía poco de niño y fue hasta los 16 años, cuando se cambia de bachillerato a uno con enfoque humanístico, cuando se acerca a la lectura, en especial a la literatura infantil y juvenil. El libro de Alicia en el país de las maravillas fue su primer acercamiento y lo llevó a conocer más lecturas “empecé a leer todos los cuentos de los hermanos Grimm, los cuentos de Perrault, a conocer estas historias no contadas por Disney”, comenta. Agrega que a veces nos ponemos limitantes con esta literatura porque es para niños, pero rescata que el concepto de infancia es muy variado entre cómo lo entendemos ahora y cómo lo entendían los autores que mencionó.
Con emoción nos cuenta sobre las lecturas que lo acercaron especialmente a la lectura: “unos libros que me abrieron un panorama inmenso fue la saga que se llama Corazón de tinta junto a Las Crónicas de Narnia”. De los libros de Corazón de tinta, escritos por Cornelia Funke, resalta su contenido interesante, prosa increíble y que pueden leerse muy rápido, además “me encantaba porque cada vez que empezaba un capítulo, Cornelia pone un epígrafe, cada uno es de un texto infantil y juvenil. Eso era fascinante, porque me llevaba a nuevas lecturas, antes de que mi amor por la poesía se consolidara fuertemente, creo que mi primer amor literario fue la literatura infantil y juvenil”, nos cuenta con emoción y añoranza.
Dice deberle mucho a esta literatura porque
“si estudié Letras, puedo decirlo que se lo debo a la literatura infantil, es algo que sé muy bien”.
Sin embargo, generalmente es una literatura que se subestima muchísimo, pero que tiene un contenido bastante complejo, con discursos y trasfondos muy interesantes. Pone como ejemplo los libros de Roald Dahl, especialmente el libro de Matilda y el discurso que tiene respecto a que el niño también le debe hacer ver al adulto que está mal y que se deben desautorizar a las autoridades. “Los buenos escritores de literatura infantil y juvenil son los escritores que le hacen ver al niño que debe ser un poco rebelde” enuncia con seguridad.
Asimismo, nos habla de la importancia de no infantilizar al niño ni de volverlo tonto, porque tenemos arraigada la idea de una infancia idílica que nos hace daño, no siempre hay un final feliz, porque, así como lo aborda Una serie de eventos desafortunados de Lemony Snicket, “la infancia es un lugar de crueldades porque el mundo adulto es cruel y ese mundo es el que nos prepara para crecer, vivimos alrededor de crueldades que debemos aprender a lidiar con ellas” concluye.
En este mismo hilo de la literatura infantil y la importancia de ver y tratar a la figura del niño con respeto y sin infantilizarla, abrimos el espacio para hablar sobre otros formatos que también le hayan dejado algún impacto durante su infancia o adolescencia. Para respondernos, nos cuenta cómo fue su vida de niño como alguien que supo de su orientación sexual desde los 10 años viviendo en un contexto de ortodoxia cristina severa, ahora conocer sobre su depresión y nuevas realidades le han permitido entender cuestiones de su infancia.
Nos cuenta que “una de las cosas que más me salvó en la vida fue el anime”, especialmente “Sakura Card Captor fue muy importante para mí porque se mostraban amores que eran entre personas del mismo sexo, eran muy sutiles, muy tiernos, muy inocentes, pero que a mí me dieron un aliciente y una esperanza en medio de un mundo de crueldades para sostenerme” afirma con especial emoción, porque la animación japonesa le dio las herramientas para seguir aquí, cuando tenía entre 8 y 10 años.
Posteriormente, nos cuenta sobre su acercamiento con los mangas y le alegra especialmente que ya empiecen a ser tomados en cuenta como corpus de análisis, incluso con teoría literaria. Reconoce los paralelismos que pueden existir entre animes o mangas con obras literarias, por ejemplo, Holic con La vida es sueño y sus diálogos existenciales; y Tokyo Ghoul con su inspiración en la Metamorfosis de Kafka. “Hay una referencia intertextual bien interesante propagada en el discurso, en los diálogos del personaje, en la ideología que tienen” apunta.
Finalmente, nos habla de la importancia de regresar a lo que vimos de niños, para revalorizar, aprender y desaprender lo que las caricaturas, series o películas nos mostraban. Actualmente, su experiencia y bagaje cultural le han permitido conocer trasfondo judeocristiano en Digimon; influencias bíblicas, cristianas, referencias a otras culturas y obras literarias en One Piece. Así como diferentes lecturas y focalización en libros como El Principito, “a los 11 o 12 años, recuerdo que a mí me motivaba mucho cuando él hacía estos viajes por los planetas, pero, luego, a mis 20 años lo que más focalizo es el capítulo cuando conoce al zorro por como eso habla del afecto y cómo eso habla de las relaciones y sobre el amor mismo y cómo está hecho el amor en nuestro mundo, cómo está discursiva y ritualmente armado”, señala. De la misma manera, nos cuenta que también puede entender de manera diferente la vida y sus relaciones extra personales.
“Yo invitaría mucho a la gente a revisitar caricaturas, animes, música, cómic, películas, que les encantaba de niño o adolescente y que se den cuenta que siguen siendo muy vigentes en muchas cosas, porque les siguen gustando y porque ahora van a ver nuevas cosas que no podían ver hace años”.
Hace consciencia en que, así como había contenido que nos enseñaba nuevos discursos y a romper estructuras, también había otros que conservaban discursos racistas y machistas romantizados, por lo tanto, es importante voltear a verlos con ojos críticos para aprender y desaprender.
Entre sus próximas publicaciones, nos comparte que en Estados Unidos le publicarán un artículo suyo con mucha virtud narrativa “escrita como en una escritura fragmental en prosa”, también para el próximo año saldrá a la luz su primer poemario publicado, en el cual dedica un apartado para abordar personajes de caricaturas de su infancia y enseñanzas muy curiosas que no había notado sobre “el amor, la tristeza, la fe, no necesariamente en un sentido religioso, sino humanista”.
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