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"Paco el Chato", "Saltan y saltan" y "Los animales cantores"

  • Foto del escritor: xochitlbdl98
    xochitlbdl98
  • 29 nov 2020
  • 3 Min. de lectura

Seguramente todos recordamos con emoción y alegría aquellos primeros cuentos que leímos durante nuestra infancia. Quizá algunos otros los recordamos con amargura, porque su lectura fue impuesta. Pero sin duda los libros que integran el famoso Libro del Perrito, de la Secretaría de Educación Pública en México, los recordamos con nostalgia.

Es por eso que, a lo largo de varias entradas, nos daremos a la tarea de traerles estos pequeños cuentos. Ahora son un buen recuerdo y siguen siendo una buena opción para el primer acercamiento a la lectura. En esta ocasión, para empezar, les traemos Paco el Chato, Saltan y saltan y Los animales cantores.


***


Paco el Chato vivía en un rancho. Al cumplir seis años Paco debía entrar a la escuela. Para eso su papá lo llevó a la ciudad, donde vivía su abuelita.


Al llegar a la escuela, el primer día de clases, la abuelita le dijo:

—A la salida me esperas en la puerta.


Poco esperó un rato, después empezó a caminar y se perdió. Paco se asustó y empezó a llorar. Un policía le preguntó su nombre, su apellido y su dirección.


Paco no sabía ni su apellido ni su dirección. El policía llevó a Paco a la estación de radio para que avisara que ahí estaba. La abuelita de Paco oyó el aviso y fue a buscarlo. Paco se alegró y prometió aprender su nombre y su dirección.


Es importante conocer nuestros datos desde pequeños: nombre, dirección, nombres de nuestros padres y número telefónico, por si llega a ocurrir una emergencia. Sin embargo, es primordial que, quien esté a cargo de nosotros, esté al pendiente de nuestros horarios y cuidados, más si es un lugar que no conocemos. Como en el caso de Pacho, quien recién había llegado a la ciudad y su abuelita había olvidado ir a buscarlo a la escuela.



Saltan y saltan y vuelven a saltar los siete enanitos en el pajar.

Saltan y saltan y vuelven a saltar, al bosque encantado quieren llegar.

Uno se cansa y se queda atrasito, otro se enferma y se va despacito.


Saltan y saltan y vuelven a saltar los cinco enanitos que quedan nomás.


Otro se pierde por el camino y otro se sienta a comer pepino.

Saltan y saltan y vuelven a saltar los tres enanitos que quedan nomás.

Otro se pasma y se queda dormido, otro se tropieza y está mal herido.

Saltan y saltan y vuelven a saltar, un solo enanito al bosque va a llegar.

La reina Enanita lo estaba esperando y la boda en grande se está celebrando.


Determina tu camino y, en la medida de lo posible, llega hasta la meta. Pero, si te cansas o enfermas, tómate tu tiempo para reponerte. Aliméntate bien, encuentra tu propio camino o sendero. Descansa, también necesitamos dormir y sanar las heridas. Quizá ese destino no era para ti, pero puedes sobrellevarlo y buscar otra opción.



Estaba la rana muy cerca del agua,

cuando contenta se puso a cantar,

vino la garza y la hizo callar.

Estaba la garza muy cerca del agua,

cuando contenta se puso a cantar,

vino la zorra y la hizo callar.


Estaba la zorra muy cerca del agua,

cuando contenta se puso a cantar,

vino el osito y la hizo callar.


Estaba el osito muy cerca del agua,

cuando contento se puso a cantar,

vino el leopardo y lo hizo callar.


Estaba el leopardo muy cerca del agua,

cuando contento se puso a cantar,

vino el gorila y lo hizo callar.


Estaba el gorila muy cerca del agua,

cuando contento se puso a cantar,

entonces ni el diablo lo hizo callar.


Encuentra el lugar adecuado para hacer lo que tanto te gusta, hazlo con gusto. Muéstrate tan contento que nadie pueda detenerte. También puedes disfrutar cantar esta canción.

***

Esperamos que hayan disfrutado la lectura de estos primeros tres cuentos del libro del perrito y que les hayan traído bueno recuerdos. Manténganse al pendiente para los próximos textos.

 
 
 

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